LOS PROFETAS
Los Profetas son los mejores hombres que han vivido. Ellos recibieron la revelación de Al∙lah y la transmitieron a la gente. Los profetas recibieron las Revelaciones y las transmitieron en el lenguaje que Al∙lah ordenó. El lenguaje de las escrituras es creado, pero el Kalam de Al∙lah no lo es (El Kalam de Al∙lah, tiene dos significados: un significado se refiere al eterno y perpetuo atributo de Al∙lah con cual Él ordena, prohíbe, promete, y amenaza. El Kalam de Al∙lah no es compuesto de letras, palabras, lenguaje, o sonido. El otro significado es la expresión del eterno atributo de Al∙lah cual fue revelado en los auténticos Libros de Revelación que fueron otorgados a los profetas).
Un mensajero es un profeta quien llega y que abroga algunas de las leyes traídas por el mensajero anterior o recibe unas nuevas leyes. Los profetas fueron inteligentes, verídicos, y fidedignos. Ellos nunca cometen pecados enormes y nunca dejan su religión. Muchos profetas han vivido en el pasado. Muhammad, sal∙lal∙lahu ^alayhi wa sal∙lam, la paz y las bendiciones de Al∙lah sean con él, vivió hace unos 1400 años, fue el último y el mejor profeta.
Otros profetas antes que Muhammad, sal∙lal∙lahu ^alayhi wa sal∙lam, son: Adam, Noe, Abraham, Isaac, Ismael, Jacobo, José (hijo de Jacobo), David, Salomón, Moisés, y Jesús—la paz y bendiciones de Al∙lah sean con todos ellos.
Las verdaderas escrituras fueron Revelaciones recibidas por los profetas. Moisés y Jesús recibieron escrituras, pero lo que llaman ahora la Tora y la Biblia han sido alteradas por el hombre y no son las verdaderas revelaciones recibidas por los grandes mensajeros Moisés y Jesús. La única escritura que aún permanece sin cambio alguno y que nunca cambiará es el Qur’an, cual es la escritura que Al∙lah reveló al profeta Muhammad, sal∙lal∙lahu ^alayhi wa sal∙lam, Su último profeta, en un árabe claro y elocuente. Al∙lah ha prometido proteger el Qur’an de cualquier cambio por el hombre. Por eso, ha permanecido sin cambio alguno desde que fue revelado hace unos 1400 años. A diferencia de los profetas anteriores quienes fueron enviados a una gente en particular, el Profeta Muhammad, sal∙lal∙lahu ^alayhi wa sal∙lam, fue enviado a toda la gente que vivió durante su tiempo y toda la gente que vivirá después de él hasta el día del juicio.
